domingo, 20 de noviembre de 2011

La hora de la descentralización

Dammert afirma que la gestión de García fue recentralizadora. 
Manuel Dammert ego Aguirre, apasionado y muy agudo político de la izquierda peruana, es el nuevo secretario de descentralización de la Presidencia del Consejo de Ministros, teniendo a su cargo el difícil reto de desamarrar el excesivo poder centralista que nos agobia desde que nos fundamos como república. Con una perspectiva distinta, nos dice que para descentralizar hay que promover ciudadanía, pues si el proceso no parte de la base no habrá resultados. 

Carlos Alonso Bedoya
Entrevista

-¿Cuál es el estado actual del proceso de descentralización?
-La actual reforma descentralista, la segunda en nuestros casi doscientos años de república centralista, se inició en 2001. En su primera etapa -que duró hasta el 2005- se eligieron gobiernos regionales sobre bases departamentales, pero se estancó el proceso porque fracasaron los referendos de nuevas regiones políticas y además porque se trabaron las transferencias administrativas.
En la segunda etapa, que va de 2006 hasta 2011, hubo un retroceso debido a la recentralización de recursos fiscales y la ejecución presupuestal. Además, se realizaron transferencias parciales, separando las competencias de los recursos, y se reconcentró la administración política en el híper-presidencialismo.
Hoy, con el nuevo gobierno de Gana Perú y Ollanta Humala, hemos comenzado una tercera etapa, en la que la ciudadanía es un factor clave.

-Antes de entrar en las características de la descentralización en la era Ollanta, ¿nos puede ampliar el balance de este proceso en términos de limitaciones y avances?
-Lo primero que hay que decir, es que pese a las limitaciones de la reforma, el país ha dado importantes avances que establecen nuevas condiciones generales a fin de relanzar este proceso.
Por ejemplo, si bien no se afirmaron las reclamadas autonomías, se amplió la inversión en regiones y localidades, especialmente en los grandes ejes macro-regionales.
De otro lado, se amplió la comunidad ciudadana de derechos, a pesar que persiste el aparato estatal centralista y la homogeneidad administrativa es paralizante, pues obstaculiza exigencias y desarticula posibilidades de gestión pública descentralizada.

-Es decir, como hacia Penélope, se tejía y se destejía; hubo marchas y contramarchas; a la vez reformas y contra reformas…
-La recentralización frenó el impulso en temas fundamentales como la descentralización fiscal y las autonomías políticas subnacionales. Otro claro ejemplo de eso fue la desactivación del Consejo Nacional de Descentralización. Tras lo cual, se impuso la dispersión de la conducción nacional del proceso, pues se retrocedió a un Consejo de Coordinación Intergubernamental (CCI), consultivo y no instalado, y una Secretaría adscrita a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), básicamente como una oficina de trámites. 

-Y si le ponemos nombre a estas idas y venidas, ¿cuál fue el resultado en descentralización de la gestión de Alan García?
-Una recentralización. Y no solo me refiero al presidencialismo exacerbado, sino a normas jurídicas concretas como la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, la misma que es marcadamente re-centralizadora y unilateral respecto del rol subsidiario del Estado, dejando a la sociedad bajo el dominio de un mercado dependiente de grupos de poder económico.

-¿Puede precisar los principales aspectos de la recentralización de García Pérez?
-Entre los principales tenemos:
1. Desorden en los mapas de competencias: Se transfirieron 4,342 funciones de un total de 4,810 previstas en la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales, pero sin la aprobación previa de matrices de competencias intergubernamentales. Solo se han aprobado las de los ministerios de Trabajo y Transportes. Hay 5 leyes de organización y funciones pendientes en ministerios con funciones compartidas. Ha fracasado el “piloto” en educación (35 municipalidades), y es limitado el de salud (atención primaria en 5 departamentos).
2. Limitadas transferencias reales: En los ciclos 2007-2008 se transfirieron a los gobiernos regionales, recursos asociados a funciones por un monto de 593 millones de soles, de los cuales 470 millones, es decir el 80 por ciento, corresponden a la función salud. Y de este porcentaje, casi todo corresponde a la transferencia del ministerio de salud (Minsa) al Gobierno Regional del Callao y al de Lima.
3. Ausencia de reforma institucional de los niveles regionales y municipales: Pese a los esfuerzos de algunos gobiernos regionales, se mantienen aún los sistemas instalados desde el Estado fujimorista en los años 90, cuando operaban los Consejos Transitorios de Administración Regional (Ctar). Se conservan intactos los servicios (salud y educación), el planeamiento y la administración, y la inversión sectorial en los territorios. Es decir, mantienen en lo básico sus sistemas administrativos anteriores (funciones y personal). Y tampoco se ha realizado la reforma institucional de los gobiernos municipales, ni se ha establecido tipologías que den cuenta de su heterogeneidad.
4. Recentralización fiscal: Se re-centralizaron los ingresos fiscales. El gobierno nacional pasó del 65 por ciento en 2007 a 71 por ciento en 2011, al tiempo que disminuyó la participación de los gobiernos regionales de 20 a 16 por ciento, y de los gobiernos locales de 16 a 14 por ciento. Y si no ha sido tan notorio, es porque se ha incrementado la masa fiscal en general.
Además, hay una altísima reconcentración de la administración presupuestal, bajo la modalidad de gran discrecionalidad sin sistema de planeamiento básico, ni sistema de evaluación y monitoreo de desempeños, y con programación presupuestal unilateral, que reduce al máximo los niveles de autonomía local y regional, y bloquea el desarrollo de la carrera pública basada en la meritocracia. 

-Con este panorama, donde más han sido los retrocesos que los avances y está todo por hacer, ¿cuáles son las ideas centrales de la nueva etapa que usted llama de relanzamiento descentralista con la llegada de Ollanta Humala al gobierno y de Ud. a la Secretaría de Descentralización de la PCM?
-Bueno, nosotros afirmamos la descentralización con ciudadanía, para transformar la gestión y administración desde los territorios, con objetivos de cohesión social intercultural, resultados de desarrollo, profesionalización y control social.

-¿Y qué significa eso?
-Significa: primero, integrar la nación en una unidad superior descentralizada. Segundo, reducir asimetrías y desigualdades sociales y territoriales. Tercero, potenciar el desarrollo territorial poli-céntrico y competitivo-innovativo. Cuarto, fortalecer la democracia con participación. Quinto, mejorar la calidad de vida con inclusión social. Sexto, institucionalizar gobiernos sub-nacionales con autonomías y eficiente gestión pública descentralizada. Y séptimo, promover las modalidades de asociatividad y mancomunidad, como dinamizadoras de la gestión descentralizada, con participación ciudadana en torno a proyectos comunes de gestión territorial compartida.
Esos son los aspectos que caracterizan esta perspectiva. En buena cuenta, propugnamos la gestión pública descentralizada para lograr resultados de desarrollo, con descentralización fiscal y reformas institucionales de los sistemas funcionales y administrativos.

-¿Y qué acciones concretas van a hacer en esa línea?
-Daremos impulso a los sistemas de innovación local y regional, en circuitos de información y conocimiento vinculados a las dinámicas territoriales.
Formularemos objetivos que articulen los tres niveles de gobierno en los ejes descentralizados nacionales de desarrollo e integración y en las macro regiones de las Juntas de Coordinación Interregionales, las que en estos meses ya hemos dinamizado en todo el país (norte, Amazonía, centro-sur, macrosur y pronto Lima-Callao), respaldando a los propios pueblos para que sean los que planteen más adelante sus propuestas de ámbitos de gobierno intermedio, más amplios.

-Eso requiere un modelo de gestión especial, no visto antes…
-Sí, porque los modelos de gestión para las reformas institucionales considerarán políticas públicas, y no solo servicios; asimismo, la cooperación público-privado-social como sustento de la concertación social; la eficiencia por resultados sociales de desarrollo; y el uso de los sistemas de gobierno electrónico.
Sobre esta base, estamos elaborando una propuesta de nuevo Plan de Descentralización y Regionalización, que será sometido en enero del 2012 a una amplia consulta ciudadana.
Un paso previo a ello será un Seminario Internacional que estamos organizando para el 5 y 6 de diciembre próximo.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Tenemos que diversificar el aparato productivo

Asesor del Presidente Ollanta Humala y uno de nuestros más lúcidos economistas, Félix Jimenez, Ph. D. profesor principal de la Universidad Católica, nos habla de la crisis global y su impacto en nuestra economía.

Carlos Alonso Bedoya
Entrevista

-¿En qué momento de la crisis mundial nos encontramos?
-Estamos en un momento de incertidumbre acerca del futuro del sistema Euro y, por lo tanto, de cuánto más profundo será el efecto negativo de la actual crisis financiera y de la deuda soberana europea en los niveles de producción y empleo de las economías europeas y de Estados Unidos. La magnitud de este último está atado a la suerte del sistema Euro, la misma que según varios analistas será el desenlace final si los líderes de la Eurozona insisten en su sesgo hacia el ajuste deflacionario. 
Lo que sí está claro es que la recuperación de estas economías será lenta por un largo período. Nadie puede asegurar que se volverán a registrar en uno o dos años tasas de crecimiento sostenidas de 4 por ciento o más. De la enorme crisis financiera de 2008 que se inició en Estados Unidos seguimos con otra ahora en Europa. La historia económica enseña que recuperarnos de crisis financieras de magnitudes como las que estamos observando, toma tiempo. No es solo una simple crisis recesiva. 

-¿Qué cambios traerá todo esto a la economía mundial? ¿Y qué le espera a la nuestra?
-No tengo duda que luego de esta crisis, las economías no mantendrán intactas sus estructuras productivas e institucionales. Habrá cambios incluso en la estructura del poder económico mundial. La tasa de crecimiento de las economías desarrolladas se encuentra por debajo de 2 por ciento, Japón está en recesión y China está adoptando políticas para morigerar su crecimiento y reducir así las presiones inflacionarias. En consecuencia, el contexto mundial para países como el nuestro es y será de un largo estancamiento económico. Esto no es ni será bueno para nuestras exportaciones no tradicionales. Lo que ocurra con China tiene importancia por los precios de las materias primas que le exportamos. Si la profundización de la crisis desacelera notablemente el crecimiento chino, tendremos un impacto recesivo mayor, menores ingresos tributarios y menores empleos. 

-¿Siendo que esta crisis ya viene durando varios años, tiene Ud. alguna precisión adicional sobre la causa de la crisis mundial?
-La causa de esta crisis internacional está asociada a los efectos financieros y reales de las políticas neoliberales. Su aplicación a escala planetaria se inició con la elección de Margaret Thatcher en 1979 y de Ronald Reagan en 1980. En 30 años de neoliberalismo las tasas de crecimiento económico y de la productividad fueron menores que las registradas en el período del Golden Age (1945-1980).
Estas políticas desregularon los mercados financieros y empeoraron notablemente la desigualdad en la distribución de los ingresos. Krugman en su artículo “The path not taken”, donde critica el reciente acuerdo de Bruselas para salir de la crisis, dice «vale la pena dar un paso atrás para ver el fracaso absoluto de una doctrina económica que ha causado un daño enorme tanto en Europa como en Estados Unidos. Para esta doctrina, los bancos deben ser rescatados, pero el público en general debe pagar el precio. Así la crisis provocada por la desregulación se convierte en una razón para avanzar aún más a la derecha; la era actual de desempleo masivo, en lugar de estimular los esfuerzos públicos para crear puestos de trabajo, se convierte en una era de austeridad, de recortes del gasto público y de los programas sociales».
Por eso afirmo que hoy estamos también frente al ocaso del neoliberalismo. Pero volvamos a la causa de la crisis. El aumento de la desigualdad y la creciente desconexión entre la tasa de crecimiento de los salarios reales y la tasa de crecimiento de la productividad, tanto en Estados Unidos como en Europa, impactó negativamente en la demanda de consumo. Ahora tienen menores ingresos y capacidad de compra los que tienen una mayor propensión a consumir. Cuando la demanda de productos se reduce, cae el empleo, generándose así un círculo vicioso de insuficiencia de demanda y de mayor desigualdad. Los ingresos de aproximadamente el 80 por ciento del total de la mano de obra empleada de los Estados Unidos, crecieron a una tasa de 2.25 por ciento promedio anual entre 1947 y 1973, pero decrecieron a una tasa de 0.12 promedio anual entre 1973 y 1999. 

-¿Cómo se llega entonces a las crisis de 2008 y a la actual de la Eurozona? 
-Podemos decir que, en general, el impacto negativo en la demanda agregada en Estados Unidos y los países de Europa se neutralizó inyectando demanda con déficit fiscales recurrentes y/o con la disminución del ahorro privado personal. Pero en la última década se generaliza el recurso al endeudamiento privado y público. Las innovaciones financieras, sin regulación, alentaron este incremento. Es lo que se ha denominado la «financiarización» resultante de la desregulación del mercado. Aumentó el ratio de deuda respecto a los ingresos de las familias y de los gobiernos, hasta hacerse insostenible. El financiamiento del crecimiento económico mediante la «financiarización» no podía sostenerse en el tiempo.

-¿El factor que hace estallar la crisis financiera de la Eurozona es el mismo que desató la crisis financiera de los Estados Unidos?
-No. En Estados Unidos se configura una burbuja financiera –sobre todo en el mercado hipotecario- en el período de bajas tasas de interés. La burbuja fue pinchada cuando la FED decide subir su tasa hasta 5.25 por ciento en el 2007, ante la creciente presión inflacionaria. Lo que la crisis estadounidense revela es la insostenibilidad del endeudamiento privado o de las familias.
En la zona del Euro lo que crece es la deuda soberana hasta hacer crisis. Pero se trata de una crisis de deuda especial, porque ocurre en países que tienen sus propios presupuestos y políticas fiscales, que tienen desiguales estructuras económicas y dispares niveles de modernización y productividad, pero todos tienen el Euro como moneda común. Estos países se incorporaron a la Unión Europea renunciando a su soberanía monetaria y, por lo tanto, a utilizar el tipo de cambio para enfrentar sus desequilibrios externos.
Los países con déficit externo y creciente deuda pública perdieron competitividad cuando se incorporaron a la zona del Euro, pues ésta se apreció notablemente en casi todo el período desde su creación. Al carecer de su propia moneda, estos países recurrieron al endeudamiento «externo» (a bajas tasas de interés) para financiar sus crecientes déficit externo y fiscal. Las políticas fiscales expansivas les permitieron mantener su nivel de actividad a costa de un creciente endeudamiento. El deterioro de sus cuentas fiscales es la consecuencia. Por lo tanto, el recurrente déficit fiscal no es causa de la crisis, sino el resultado del mantenimiento del nivel de actividad hasta que la deuda soberana se hizo insostenible. La crisis explota cuando el resto del mundo decide no financiar más a los países deficitarios que ya tienen abultados déficits fiscales y externos. 

-¿Cuáles son las lecciones que Ud. sacaría de este desplome económico?
-La lección general tiene que ver con la impertinencia de la desregulación financiera. Roubini dice «sigue habiendo grandes bancos, sus departamentos de inversiones siguen especulando como antes. En este campo es necesario hacer reformas urgentes, como la separación de la banca de inversiones y la banca comercial, por ejemplo». Nos está diciendo que se requiere una norma como la Ley Glass-Steagall del año 1933. 
Específicamente, sobre las lecciones de la crisis del Euro mencionaría, en primer lugar, que el no disponer de una política monetaria propia limita las posibilidades de enfrentar una crisis externa. Mientras Estados Unidos se endeuda en su propia moneda, los países como Grecia, Italia, España y Portugal se endeudan para financiar sus déficits en una moneda que ellos no emiten individualmente. Estos países no tienen bancos centrales que actúen como prestamistas de última instancia. Tener autonomía en el manejo cambiario y monetario es fundamental. La segunda lección es que la solución a este tipo de crisis no está por el lado del ajuste fiscal. El ajuste no resuelve el problema de la competitividad, como si hubiera ayudado en su momento la depreciación monetaria. La otra lección es que no puede haber unión monetaria con países que mantienen sus propias políticas fiscales y de presupuesto. Cuando se creó el Banco Central Europeo como autoridad monetaria, se debió haber pensado también en crear una autoridad de financiamiento público como sugieren algunos economistas.

-¿América Latina se encuentra preparada para este nuevo temporal? ¿El Perú?
-Creo que la gran mayoría de nuestros países han avanzado en la institucionalización de esquemas modernos de política monetaria con base a metas de inflación y de política fiscal contracíclica. También nuestros países han adoptado una política explícita de acumulación de reservas. En nuestro país, estas reformas se hicieron durante el gobierno del presidente Toledo, pero fuimos más allá: para redimirnos del pecado original de seguir emitiendo deuda pública en moneda extranjera en los mercados externos, se creó el programa de market makers de deuda soberana, interna y en moneda nacional.
Todos estamos más o menos preparados para enfrentar los efectos recesivos de una caída de precios de nuestras materias primas que exportamos y de una pérdida de dinamismo de la demanda mundial. Y todos los que acumulamos reservas estamos preparados para enfrentar los efectos en el precio del dólar de las fugas de capitales que ocurren con una crisis externa; esto es fundamental en países como el nuestro donde el portafolio de nuestras instituciones financieras sigue todavía semidolarizado. Una alza excesiva del dólar puede ser impedida por el Banco Central vendiendo dólares para compensar la disminución de su oferta en los mercados cambiarios locales causada por la fuga de capitales. 

-Para nuestro país ¿son suficientes estas políticas de corto plazo?
-En materia de las políticas macroeconómicas, no se está cometiendo los gruesos errores del pasado. Pero, como nos espera un largo estancamiento de la economía mundial y hay el compromiso de crecer con inclusión, el gobierno tendría que hacerlo integrando al país mediante el desarrollo de mercados internos, es decir, construyendo una auténtica economía nacional de mercado. Se debe generar condiciones para la eclosión de la capacidad empresarial privada nacional mediante inversiones en infraestructura, desarrollo del mercado de capitales en soles (en el que participen pequeñas y medianas empresas) e inversiones en eduación, ciencia y tecnología. Se tiene que empezar así a diversificar el aparato productivo del país partiendo del desarrollo de la agricultura; con un tipo de cambio estable y competitivo para apoyar nuestras exportaciones; y, mediante acuerdos financieros y comerciales con los países de nuestra región para multiplicar las reservas internacionales y compensar la caída de la demanda externa.

domingo, 6 de noviembre de 2011

La derecha quiere copar el gobierno

Para Tapia, la derecha busca disminuir la gran transformación. 
Quien fuera uno de los asesores más cercanos del presidente Humala, además de político experimentado, exdiputado de Izquierda Unida, analista desenfadado, exmiembro de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, y representante del colectivo de intelectuales Ciudadanos por el Cambio que integró Gana Perú, Carlos Tapia García, nos cuenta su visión sobre el Ejecutivo, la derecha y los medios de comunicación a propósito de los primeros cien días de gobierno nacionalista.

Carlos Alonso Bedoya
Entrevista

-En términos de luces y sombras, ¿cuál es su balance de estos tres primeros meses del gobierno de Ollanta Humala?
-Comenzaré por las luces. Un último rayo de luz resplandeciente ha sido el discurso de Ollanta en Paraguay. Me ha reconfortado y alentado que el propio presidente señale con absoluta claridad que el Estado peruano se debe reformular, se desprivatice y sirva como un instrumento clave para empujar los cambios que el Perú requiere. Ese tipo de declaraciones no se escuchaban desde que el presidente asumió el cargo. Es algo muy significativo e importante.

-Pero también en la reciente celebración del último aniversario de la Gesta de Locumba, el presidente revivió al Ollanta radical…
-Claro, y radical en el verdadero sentido, en el de buscar abordar los problemas en profundidad, es decir diseñar una estrategia que vaya a la raíz. No extremista, porque extremista es el que busca métodos violentos de resolución de conflictos. Y Ollanta es radical, porque busca confrontar los problemas que no han sido resueltos en el Perú desde muchos años atrás.
Pero, siguiendo con las luces, debo mencionar la rapidez con la que fue aprobada la Ley de Consulta Previa. Yo creo que fue un paso muy importante. También el aumento de la remuneración mínima vital en un primer tramo en 75 soles. Los que se oponían a este aumento decían que iba a perjudicar a las micro y pequeñas empresas, cosa que ha quedado demostrada que no es así. Entonces dentro de esta propuesta gradual pero persistente, un aumento se dio ahora y otro se dará a inicios del próximo año.

-Yo no tengo memoria de que en los últimos 20 años se halla producido un aumento de la remuneración mínima vital tan grande…
-El mayor aumento durante los últimos 20 años ha sido de 50 soles, pero ahora se ha aumentado 75 como un primer paso. Eso es importante.
Otra luz es los 3 mil millones de soles adicionales que pagará la gran minería. Aunque hay una discusión de cuanto es exactamente el aporte, lo cierto es que se ha conseguido una mayor recaudación de este sector y no como óbolo, sino como una decisión que proviene de una negociación avalada por la legitimidad de la institución estatal del Perú, y que equivale a unas tres, cuatro o cinco veces más de lo que obtuvo Alan García. 
Otro aspecto que ha pasado poco advertido son las reuniones que está teniendo el presidente con los gobiernos regionales y los alcaldes. Eso muestra que el primer dignatario de la nación está interesado en impedir un aislamiento del Ejecutivo, de los gobiernos regionales y los gobiernos locales. Creo que eso es también una cosa positiva.

-Y por el lado de las sombras…
Las sombras tienen que ver con errores que se han cometido y que hay que reconocerlos. En el caso de Ricardo Soberón por ejemplo, tuvo unos correos que no eran los más adecuados, comunicándole a los dirigentes cocaleros que él no podía hacer las que ellos le exigían, pero esa imprudencia fue inmediatamente corregida. Y hay que reconocer que la propuesta de lucha contra el narcotráfico por la actual conducción de DEVIDA, además de haber conseguido el apoyo de la administración norteamericana, pone por primera vez un énfasis en la necesidad de conseguir el desarrollo humano de las zonas cocaleras.
De manera inteligente y sin únicamente centrarse en la erradicación de los cultivos de Coca -que pareciera que era lo único que importaba- se va haciendo una estrategia antidroga consistente y más moderna. Conseguir que haya servicios sociales, que el Estado tenga presencia, no solamente en el tema punitivo de la erradicación o de meter presos a los dirigentes cocaleros.
Un segundo error lo cometió la propia Ministra de la Mujer, por el hecho de que no acudió inmediatamente al lugar de los hechos donde murieron los tres niños intoxicados.

-Algunos dicen que su único error fue bailar con el Puma Carranza y a partir de ello, los medios de derecha construyeron toda una historia en la cual una mujer que ha luchado por causas sociales más de 40 años, era presentada como insensible…
-Claro, los dos casos que estoy nombrando fueron aprovechados por los medios con todo para bajar la imagen del gobierno utilizando pequeños errores.

-Precisamente, ¿cómo evalúa el comportamiento de los medios de comunicación en estos 100 días?
-Los medios están cumpliendo el rol que han tenido desde antes de las elecciones. Lógicamente una vez que Ollanta ganó la presidencia ya no pueden calumniarlo como lo hicieron durante la campaña electoral. Pero la estrategia sigue siendo la misma: buscan focalizar ataques despiadados hacia miembros del ejecutivo que tiene una adhesión más clara respecto a la necesidad de un cambio profundo de la situación en el Perú. Me refiero a los sectores izquierdistas.

-Se prenden de uno y luego le hacen cargamontón...
-Sí. Vienen haciendo eso. Mira lo que ha sucedido con Rafael Roncagliolo o con Marisol Espinoza. Por eso digo que la prensa sigue con la misma estrategia general.

-¿Y en el caso Chehade piensa lo mismo? ¿Esto también fue un error o más bien se trata de un horror? ¿Qué opina?
-Yo creo que es un error porque nadie en su sano juicio puede llamar a una reunión en las Brujas de Cachiche para discutir temas del calibre de los que empiezan a aparecer de las declaraciones de los propios jefes policiales. Yo creo que si hubiera sido una operación encubierta para conseguir un beneficio a favor de tal o cual empresa que está en disputa sobre el caso Andahuasi, no se hubiera hecho una reunión en un restaurante tan conocido.
Por eso es que creo que se trata de un error, pero los errores de este tipo se pagan en la misma medida en que la autoridad tenga un mayor estatus en la jerarquía política del país y aquí estamos hablando del segundo vicepresidente.

-Entonces, a su juicio, ¿qué debería hacer Chehade?
-Creo que él debe renunciar a la segunda vicepresidencia. Está bien además que haya renunciado a la mega comisión que va investigar los casos de corrupción del gobierno de Alan García y que todos aprendamos la lección, porque por más que se demuestre de que Chehade no ha cometido ningún acto delictivo, la política no solamente se sujeta a la administración de justicia, sino tiene que ver con imágenes, con símbolos y con gestos. Y este error ha sido lo más resaltante en esta etapa, tanto así que la prensa y las primeras planas han girado en torno a las Brujas de Cachiche intermitentemente durante varias semanas.

-Pasando a la derecha peruana, ¿cómo ve la performance de los sectores que fueron derrotados el 5 de junio?
-Las fuerzas políticas de la derecha hasta hace apenas unos 15 días atrás no se encontraban unidas en una táctica común, pero creo que a partir de lo de Chehade empiezan a elaborar una misma táctica. Pero los ataques que ha tenido el gobierno de Ollanta vienen más de la derecha fáctica o sea, el gran capital, los sectores mas reaccionarios de la iglesia y algunos periodistas, porque como partidos políticos, basta mirar el congreso y las posiciones del fujimorismo y del PPC, para darse cuenta que no tienen la suficiente calificación para entrar en una ofensiva global contra el gobierno.

-El PPC no acompaña en todo al fujimorismo. Como que no quieren seguir a la barra brava de la derecha.
-Claro, no la quiere acompañar y eso favorece a que en el congreso no se haya producido impedimentos importantes para las propuestas que ha tenido el gobierno.

-¿Y en el caso de la derecha económica?
-Para la derecha económica, el gobierno en estos primeros diez días es bastante aceptable porque ellos estaban esperando que vinieran de verdad cambios bruscos como una reforma tributaria, etc. No ha sucedido lo que ellos temían. Pero eso no quiere decir que no tengan en perspectiva hacer retroceder permanentemente al gobierno. La derecha está actuando para hacer que el gobierno se aísle de los sectores progresistas, para que ella sea la que domine la escena pública del ejecutivo.

-Pero no tienen una figura política que puedan oponer a Ollanta Humala.
-No la tienen, pero creo que una de sus tácticas es ir copando y disminuyendo los aspectos más de búsqueda de transformación del país en la propuesta del actual gobierno e incorporarlo a una dinámica de más de lo mismo. Y esa dinámica va a hacer que la gente de abajo se muestre con cierto escepticismo, cierta falta de ánimo y de entusiasmo. Creo que en los sectores de arriba hay más tranquilidad, y más entusiasmo ahora que en los sectores de abajo.

-Es que para garantizar que Ollanta no se salga del libreto neoliberal han puesto a Castilla y a Velarde.
-Es verdad. La negociación que se hizo con la derecha empresarial, que controla el poder del capital en el Perú dio a Castilla en el MEF y a Velarde en el BCR. Pero creo que eso es parte de la correlación de fuerzas que se generó en el país con el triunfo de Ollanta y si él no llegaba a acuerdos de este tipo, era difícil que ganara las elecciones.
Ahora, esto no quiere decir que la derecha pueda hacer lo que quiera con el gobierno de Ollanta Humala. La derecha tiene limitaciones y es tarea de nosotros, de las fuerzas progresistas, el de que en esta disputa al interior del gobierno de Ollanta mantengamos en lo más alto posible, la tarea por el cambio, porque no estamos de acuerdo de que éste sea un gobierno continuista más.
Cuando tú conversas con alguien que ha votado por Fujimori o por PPK y le preguntas ¿Cómo están las cosas?, te dicen que están bien porque las cosas no están cambiando, y yo creo que el mensaje de Ollanta tuvo como imagen principal: vamos a transformar este país. Entonces, si las cosas continúan como están para la gente de abajo… No te olvides que Ollanta ha perdido 15 puntos en los sectores “d” y “e” del sur del Perú y eso tiene que ser seguramente entendido por el gobierno para buscar acercar el mensaje político del gran cambio a la realidad de estos sectores. Ese es el gran reto que tenemos.

-Y viendo como se están acomodando las fuerzas en este periodo inicial, cuál cree que va a ser el desenlace político, ¿vamos a ver a un Ollanta impulsando cambios en el corto plazo?
La estrategia de Ollanta de conducir los cambios con una estrategia gradualista pero persistente es buena, y corresponde a la correlación de fuerzas, pero eso no implica que no hayan los gestos necesarios para que las grandes mayorías entiendan que estamos en un gobierno decidido a iniciar transformaciones, porque si no se consigue la adhesión de la mayoría, va a ser mas difícil que Ollanta pueda conducir los verdaderos cambios que requiere el Perú.

-Pero eso también es responsabilidad de la gente, ¿no cree que deben salir a las calles a apoyar los cambios?
-Una de las maneras en como se puede apoyar la conducción de los cambios es con gente movilizada en la calle. No por hacer alboroto sino como expresión de una voluntad colectiva a favor del cambio. Al final de cuentas, el cambio en política es hecho por hombres y mujeres, por subjetividades que se organizan para producir esos cambios, contra otras voluntades que no los quieren. Entonces, esas voluntades dispuestas a organizarse para llevar adelante los cambios tienen que estar dispuestas a salir a las calles a producir apoyo a las reformas. 

-¿Y del lado del debate político?
Una de las cosas que nunca me hubiera imaginado es que el inicio de este gobierno esté tan alejado de la política seria, me refiero a la discusión política sobre el carácter de los cambios: ¿hacia dónde vamos a ir?, ¿cuál es el norte final del periodo político?, etc. En cambio se ven cosas muy coyunturales y de otro lado una política magra de crítica a tal o cual congresista, pero no hay una discusión política de fondo, de que si vamos a llegar al 2016 con un país en proceso de cambios.

-¿Y quién debe promover ese debate?
-Los partidos políticos y sucede que, lamentablemente, el partido de gobierno, que era Gana Perú se desmembró, quedando el Partido Nacionalista que si bien es cierto es la fuerza principal, era solo uno de los componentes de Gana Perú.
Ciudadanos por el Cambio, que es un colectivo político del cual soy miembro, va a hacer una evaluación de los 100 días del gobierno dentro de poco, pero debería hacerse una discusión también con los sectores de la izquierda, para ordenar las filas de todos los que estamos detrás del gobierno de Ollanta, porque queremos transformar este país a favor de los intereses de las grandes mayorías.
Tiene que haber una discusión política que no hay y esa es una de las deficiencias no solamente en el Ejecutivo, sino en las fuerzas políticas que apoyamos al gobierno.