sábado, 11 de febrero de 2012

Morales Bermúdez quiere repetir la historia de Pinochet

 Napurí dice que Morales-Bermúdez debe responder ante la historia.
Ricardo Napurí, líder histórico de la izquierda peruana, hoy radicado en la Argentina, nos cuenta los detalles de su captura junto a otros dirigentes políticos y sindicales durante la dictadura de Francisco Morales-Bermúdez. 

Carlos Alonso Bedoya 
Entrevista 

-¿Cuál es la relación entre el Plan Cóndor y el gobierno de Francisco Morales-Bermúdez? 
-No he investigado los alcances del Plan Cóndor, Edmundo Cruz se ocupó en su momento, y en la Argentina también se ocuparon sobretodo por el caso de la señora Molfino que fue capturada en el Perú y aparecida muerta en España por la represión de los grupos de tareas (policía argentina), que ingresaron al Perú para capturar y desaparecer a los montoneros. De tal manera, que hay más que indicios de que la dictadura de Morales-Bermúdez fue parte del Plan Cóndor. Sin embargo, Velazco no lo fue por su posición de nacionalista de izquierda. 

-¿Muchos dicen en el Perú que no hay pruebas contra el exdictador? 
-Ninguno de los gobiernos dictatoriales que operaron el Plan Cóndor firmó nada. Ni los gobiernos de Uruguay, Brasil, Chile ni Argentina firmaron documentos que evidencien la ejecución del Plan Cóndor. No son idiotas. Eso se hizo mediante la coordinación de los servicios de inteligencia de cada uno de los países. En mi caso, yo presente hace cinco años un recurso ante la Secretaria de Derechos Humanos, la cancillería y la justicia argentina para que se investigue el caso. 

-¿Y fue su denuncia la que ocasionó que el juez Oyarbide termine pidiendo la extradición del exdictador peruano? 
-Sí. Primero fue la Secretaria de Derechos Humanos la que ya hace años señaló que nuestra expulsión del Perú fue parte de la Operación Cóndor. Y ahora el 1 de febrero, falló el juez Oyarbide que estuvo en el Perú hace un tiempo tomando declaración a cada una de las víctimas. Pero el problema no solo es con Morales-Bermúdez sino, han encausado también al exdictador argentino Videla y a su ministro del interior Arguindegui. Este 22 y 23 el juez los carea a ambos. Ellos ya tienen prisión perpetua por otras causas. 

-¿Usted cree que la operación del Plan Cóndor en el Perú fue el inicio para que se desarrollaran brazos paramilitares como el Grupo Colina y Rodrigo Franco? 
-No conozco esto en detalle porque he estado ausente del Perú muchos años, pero te puedo decir mi experiencia en tanto ex aviador militar y por mi conocimiento del sistema de represión mientras he sido diputado o senador. No se puede ser inocente, los servicios de inteligencia son de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas Policiales. Ellos actúan siempre como una especie de sub poder de la sociedad y coordinan entre ellos, pero cuando hay una situación política de gran tensión o de perdida de poder de los gobernantes, los gobiernos se defienden acentuando la represión, todo el sistema establecido se pone al servicio en una escala superior represiva. Es lo que ha ocurrido en cada uno de los países donde ha habido dictaduras. Eso termina en actos de violación de los derechos humanos e incluso de genocidio. ¿Cómo calificar por ejemplo la matanza de los penales en 1986 durante el primer gobierno de García? 

-¿Fue un efecto del Plan Cóndor? 
-No. Fue la proyección de cómo los gobiernos en determinados momentos salen de la legalidad para hacer represiones de alto nivel. El sistema represivo está instalado en la sociedad y es de ahí donde en un momento determinado salen los planes Cóndor y otros. Incluso ahora, no hay que descartarlos por la conflictividad en la que vivimos. Los gobiernos se vuelven más inestables por la acción de las rebeldías populares. Por ello surgen nuevos planes parecidos al Cóndor o diferentes, pero siempre como estructura de defensa del orden existente. En el caso de Morales-Bermúdez es bien claro porque su gobierno se caía en 1978. 

-¿Después del paro? 
-No, el paro fue una manifestación de la crisis política de su gobierno que repercutió en el equilibrio de las Fuerzas Armadas porque la situación social empezó a escarpase de su control. Sino, no se explica la orden de capturar a militares velasquistas como Leónidas Rodríguez y otros generales. No los encontraron, pero sí lograron capturar a los almirantes Larco y Faura, uno exministro y el otro Comandante General de la Marina, ambos miembros del Partido socialista revolucionario PSR. 

-También capturaron a Baella Tuesta que era de la derecha, ¿por qué? 
-Lo capturan por la crisis. Los manotazos de ahogado te llevan a acciones desesperadas. Morales-Bermúdez pescó a quien pudo pescar, pero los anónimos fueron los dos mil reprimidos en el país: campesinos, estudiantes, obreros que protestaron ante la aplicación de una serie de medidas antipopulares. 

-¿Por qué los capturaron a ustedes, a los de la izquierda?, ¿por organizar el paro? 
-Buscó chivos expiatorios porque la huelga general no lo decretamos nosotros sino la CGTP, que había sido colaboradora de Velazco y de gran parte del de Morales-Bermúdez, pero que había roto con el gobierno a partir de la huelga general de 1977. 

-¿Usted señala que lo que le pasó a los trece no fue una simple deportación?, ¿por qué? 
-Porque la deportación consiste en ponerte en la frontera y punto. En cambio, a nosotros nos llevaron a la base aérea, nos dieron una paliza formidable durante 30 minutos, después nos subieron a un avión Hércules de la Fuerza Aérea. Pero a Baella y a los dos almirantes no los golpearon ni los enmarrocaron en los asientos del avión como a nosotros qu consideraban izquierdistas. Baella era de la ultra derecha. 

-Viajar esposado al asiento de un avión es muy cruel… 
-Eso te sirve para responder al cristianismo de Morales-Bermúdez. No hay ningún estatuto de aviación comercial que permita que te engrillen o enmarroquen a un asiento y que te controlen con gente con metralletas. Si el avión se cae o tiene un desperfecto, no tienes salvación: te quemas o mueres. Ese hecho no ha sido debidamente destacado, pero es de una perversidad enorme y una violación a todos los estatutos de la aviación civil. 

-Cuando llegaron a Argentina no los dejaron libres como se hace normalmente tras una expulsión… 
-Nos llevaron a Jujuy donde nos esperaba una brigada del ejército argentino, de ahí nos trasladaron por las calles hasta el Regimiento 20 de Montaña Antisubversivo, pero a Baella y a los almirantes les dieron un trato especial, los alojaron en un hotel, y por eso Baella no cuenta en su libro lo que nosotros pasamos porque él no lo vivió. Los almirantes decían que eran amigos del almirante argentino Macera, el más grande represor y genocida de la Argentina, por eso confiaban en que nos iban a liberar a todos, pero los almirantes que eran ingenuos y no sabían lo que pasaba en la Argentina. Solo les dieron un estatus especial a ellos. 

-¿Qué vivieron ustedes? 
-Una vez que estuvimos prisioneros en la base, el Coronel Arana nos dijo que éramos prisioneros de guerra, que los estados mayores de los gobiernos de Perú y Argentina habían acordado intercambiar prisioneros: los peruanos venían a la Argentina y los argentinos al Sepa en la selva peruana. 

-Me queda claro que no era una deportación. 
-Fue un asunto de la operación Cóndor al más alto nivel, porque fue producto de un acuerdo de los estados mayores y de los gobiernos. La represión normalmente era selectiva, te capturaban y te mataban de manera individual, pero esto no. Esto muestra el más alto nivel represivo, por eso pide la extradición y juzgamiento de Morales-Bermúdez. Por ello, este caso tiene gran connotación en la Argentina. 

-Un periodista de la ultra derecha peruana dice que a ustedes los recibieron con vino y asado, ¿qué tiene que decir? 
-Yo le pregunto a él si eso no es lo que hacen en Estados Unidos con los condenados a muerte a manera de despedida. Nos salvamos por circunstancias excepcionales, porque empezaba el campeonato mundial de futbol. Lo nuestro les cayó como una papa caliente. 

-¿Cómo fue que se enteró la opinión pública? 
-La noticia se filtró la noticia porque de un lado, un periodista vio que desembarcaban de un avión en Jujuy gente enmarrocada, lo cual era absurdo. Asimismo, yo logré, esa misma noche, con la ayuda de un suboficial de Francia, comunicar la noticia de nuestro secuestro a París. De tal manera, que se desató una rápida campaña internacional. Y el gobierno argentino se encontró con un problema y no sabia como salir. Faltaban 10 días antes del campeonato, por eso llegó a Jujuy una delegación del más alto nivel: el viceministro de Relaciones Exteriores, un general del ejército y uno de la policía. Quisieron que aceptáramos un asilo para blanquear su situación, pero nosotros nos negamos. 

-¿Y cómo informó la prensa argentina en aquél momento? 
-Los diarios argentinos comunicaron que habían venido 13 políticos peruanos a pedir asilo al gobierno democrático. Está en los diarios de la época. A nosotros nos pusieron en las mazmorras, en lugares donde se torturaba, escuchábamos los gritos de la gente y pudimos leer con sangre lo que los moribundos escribían. 

-¿Y cómo fue la salida política? 
-No les quedó otra cosa que discutir con el gobierno peruano nuestra expulsión. Fuimos expulsados cinco de nosotros a París, algunos otros a México. Ledesma, Diez Canseco, Lets y yo fuimos a París. Hugo Blanco a Suecia. No recuerdo los demás pero fue de Francia desde donde pagaron nuestro pasajes. 

-¿Cómo se produjo su retorno al Perú después de eso? 
-Se produjo un hecho inusitado, el Focep sacó el 21 por ciento en las elecciones para la Asamblea Constituyente sin tener personeros de mesa. Hugo Blanco sacó el tercer lugar en la elección. La gente se apodero de nuestras figuras y cuando nadie pensaba que nosotros podíamos salir electos, la consciencia popular lo hizo posible. Fui elegido diputado constituyente estando en París 

-¿Entonces, es mentira eso de que como Morales-Bermúdez era en verdad un demócrata, les permitió volver? 
-Es mentira. Él se opuso igual que gente en la propia Asamblea. 

-¿Cómo quiénes? 
-El PPC y el APRA, pero la presión popular fue tanta que se aprobó nuestro regreso. Y lo hicimos en olor a multitud dos meses después de instalada la Asamblea. 

-Ahora bien, hay quienes dicen que Morales-Bermúdez ya está muy viejito como para que lo juzguen. 
-Yo también soy de la misma edad. No es un problema de ancianidad, es un problema de responsabilidad ante la historia, de responsabilidad política. 

-¿Y usted cree que lo lleguen a juzgar?
-Yo creo que es difícil que lo extraditen porque va a maniobrar de acuerdo al consejo de sus abogados que le dicen que se presente a la justicia peruana para crear una controversia con la jurisdicción argentina. Lo mismo que hizo Pinochet, quiere repetir la figura de Pinochet con la idea de que el no va ser juzgado en el Perú, pero de lo que no puede escapar es de la captura internacional.

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